lunes, 23 de junio de 2014

Minerva Margarita Villareal

Azul desde la niebla el silencio me cerca

sobre un barco que parece ser cama en un mar que congela
Este cuarto es la cárcel
la corriente del viento en boca del estómago
la nublazón en su círculo de ámbar
Oscura entre las sombras
que desde el muelle arrastran
se me doblan las piernas
se me viene la náusea
se me entumen los huesos
y el silencio me llama
mas su aliento es palacio
es ventana de un reino que duerme
La luz de los relámpagos
y dentro la catástrofe
demonios al interior del vientre
todos los colores en su lucha
el miedo la fuerza de no poder estar
la dimensión alejando la muerte
No pude darte el viento
No pude darte lo que más quiero
el viento que por ahora no puedo tocar y veo tras la ventana
El cielo
y el amor pasa
atraviesa mi carne
Velaré por ti así sea la carne devorada
Éste es el círculo
Una anciana el desierto hace miles de años
el testamento y su definición
su pañoleta y la vida en su falda
y el fuego en sus manos
Sin poder levantarme
un ardor en medio del estómago
como si le hablara a la piedra
al derrumbe de piedras
que se vuelcan encima
de la cama o el barco
que se nubla
de polvo
Tú venido del origen
también en este hoyo
brilla una señal
una lesión
como dos polos que la nutren
hasta formar en una hebra de aire
un pensamiento
Desde esta luz de infierno yo te llamo
como si le hablara
a la piedra
En algún sitio me oirás
y volverás para que ella florezca
Éste es el círculo
algo estaba por llegar
niebla de todos los días
garras de aire
infierno
Necesito que vuelva
la vida

martes, 17 de junio de 2014

Ser impecable con nuestra Palabra implica limpiar precogniciones, sentimientos y nuestra completa percepción de las cosas.

Utilizar nuestra palabra con pulcritud, darle poder, cargarla con Verdad, es todo un arte.

La Verdad que se habla con el Corazón nunca puede herir, porque no lleva consigo carga de juicios, consejos no pedidos, proyecciones personales o críticas. 

Para aprender a Hablar y usar con amor nuestra Palabra, primero hay que aprender a escuchar, con inocencia, sintiendo a quien nos habla, escuchando con todos los sentidos. ¿Cómo suena? ¿Cómo se mueve? ¿Qué gestos realiza? ¿Se siente incómod@ o cómod@?

Una vez que rendimos respeto a la Palabra del Otro, tenemos completo derecho de hacer respetar nuestra Palabra.

***

Siempre es correcto establecer límites sanos declarando en voz abierta lo que necesitamos, lo que nos hace sentir valoradas y respetadas. Siempre es correcto cuidar de nuestro espacio sagrado, utilizando la palabra como canal para que hable nuestra Guardiana interna, nuestra sabia.

Siempre es correcto decir "no" cuando queremos decirlo.

Siempre es correcto decir "basta" cuando sentimos hacerlo.

Siempre es correcto pedir lo que nos corresponde para equilibrar nuestras relaciones y nunca caer en la tentación de endeudarnos o endeudar al otro.

Siempre es correcto hacer saber nuestras necesidades y respetuosamente hacerlas valer.

Siempre es correcto cortar con una relación que ya no queremos más en nuestra vida, a través de la Palabra hablada desde el corazón.

Siempre es correcto hablar acerca de un malentendido para mirar los puntos de vista de todos los implicados, sacralizando el diálogo y volviendo a la honra de nuestra voz humana.