miércoles, 19 de marzo de 2014

Perros rabiosos, caballos muertos.

El masticador


La presa aún vive mientras la devoro.

Mirada fálica de un macho cabrío.

Mientras el perro aguarda en la puerta,

se derrite melifluamente el sol

y la noche sólo engendra noche.

Monstruos riendo a mi lado.

Esto es una nueva procesíón;

las escaleras dan a un sitio desconocido:

al lugar donde nací, creo.

Ruidos de cuerpos amontonados,

cadáveres amontonados que engullo.

Máscaras más humanas que lo humano.

Bajo bóvedas acuchilladas por la humedad,

ordenados en fila, os doto de conocimiento.

Desgarro piel; descuartizo ubres.

Juego con niños moribundos,

desollando sus jugosos cuerpos.

Anido con mi mal en vuestro cuerpo.

Yo soy vuestros miedos.

Quiero violar vuestro inconsciente.

Acudid a los brujos de mi jardín…

¡Aquelarre!

Soy el poeta de ambientes obsesivos.

Soy el masticador.

la mirada que emerge de vuestros odios ocultos;

el masturbador de conciencias.

Esculpo la vida entre el placer y el deseo.

Revolveos en vuestras camas,

en el silencio, destrozaré vuestra seguridad.

Brotará la sangre ante mis mordiscos;

vuestros recuerdos más dolorosos.

Yo siseo en escena

cuando posáis vuestras manos en las sombras.

Perfilo vuestras sonrisas ante el dolor ajeno.

Soy vuestra angustia ante la pasión.

Creo vuestros sueños inalcanzables,

la magia que nunca os dieron.

Porque el deseo en sí es lo que llena el corazón.

No podéis huir…Me necesitáis…Soy atemporal.

Soy vuestro estertor de muerte.

Soy el poeta de ambientes obsesivos.

Soy el masticador.



Caballo muerto


Todo en ti son recuerdos y locura.

Caballo muerto; demente martirizado;

esquivo visitante de la realidad;

humeante fantasma del océano dolorido;

danzador del escenario humano.

Todo en ti son recuerdos y locura.

Tarde que cae. luces crepitando.

Equino de ojos ausentes;

jamelgo de huesos abatidos.

Golpeado con estacas…

Ensañamiento del pasado.

Una escena rodeada por idiotas.

Caballo muerto,

todo en ti son recuerdos y locura.

Sonrisas color yema.

Máscara azteca de madera,

observando desde la pared.

¿ por qué relinchar, por qué protestar?

Hoy o mañana, esto acabará así.

Cientos de verdugos rodeándote.

Rondando al mártir que se cree hombre.

Amasijos de sangre y tendones.

Golpes en el vientre,

resonando como tambores en procesión.

Todo brota como aliento.

Caballo muerto,

todo en ti son recuerdos y locura.

Ritmo mortecino; grietas que supuran.

No hay quejas…Asombro solamente.

Una niña acurrucada entre las crines.

Llorará. Criaturas en la guillotina.

Las costillas siguen crujiendo.

miradas de opaca transparencia.

ojos que no ven. Luz de espuma.

Caballo muerto,

todo en ti son recuerdos y locura.

Caballo muerto…Nada más que eso.


Epitafio


Nos veremos

en la próxima pradera,

cuando dejen de acosarnos

las húmedas y vengativas distancias.

Allí encontraremos los tesoros

que hace tiempo escondimos:

tú, las hojas de plata;

yo el corazón de fuego.

Allí nos encontraremos,

y podremos bañarnos

en el mar de la inconsciencia,

y así limpiar nuestra sangre

de terribles recuerdos.

Y si ya no puedes quererme,

reinventaré el amor.

Porque ahora,

yo soy un perro rabiosos, y tú…

tú eres un caballo muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario