Fué en un jardín, un tálamo de flores,
bajo la media luz de media luna,
entre estatuas desnudas, al son de una
música de agua de los surtidores.
A mi ímpetu sensual cayó rendida
virgen en flor… El goce fue infinito
…………………………………..
Un sollozo, un suspiro, un beso, un grito…
y un olvido supremo de la vida.
Entre mis brazos retorciéndose loca,
convulsionada en el espasmo ardiente,
¡De su sangre el sabor sentí en mi boca!
Y cuando en calma ya, le dije- “Mía”,
noté entre las estatuas de la fuente
la cabeza de un fauno que reía.
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