Hubo una época muy remota, cuando la civilización aún estaba en sus comienzos, en las antiguas tierras de Sumeria, que surgió el mito de la Dama Oscura. Fue el momento que los pueblos patriarcales hicieron irrupción en la historia.
Transformaron todas las antiguas mitologías y crearon otras nuevas forjadas conforme a sus intereses y a su visión de la religión. Poco a poco la magia se esfumó y surgieron los cimientos de nuestro mundo.
Para cambiar los ancestrales arquetipos de la primigenia humanidad inventaron una mitología que justificara las bases de su poder. Esto aconteció durante el segundo milenio antes de nuestra Era.
Como pretendieron imponer unas leyes en las que los hombres dominaran absolutamente la sociedad crearon una cosmogonía hecha a su imagen y semejanza, donde los principios y valores femeninos fueran considerados perversos y contrarios al orden patriarcal absoluto.
Una serie de dioses o un dios supremo gobernaría el universo y todo lo femenino sería sojuzgado al igual que la tierra y sus criaturas. Esa cosmogonía patriarcal cuenta que el Dios Supremo fue contrariado por la parte femenina de su creación. Los viejos mitos sumerios fueron reelaborados por los cautivos del pueblo judío en Babilonia y han llegado hasta nosotros a través de algunos de sus libros sagrados. Narran que Dios creo una mujer que sería la Madre de toda la humanidad futura, pero esta primera mujer no quiso someterse a la autoridad del Dios patriarcal ni de su compañero el hombre. No queriendo ser inferior abandonó el Paraíso y buscó su propia sabiduría. Recorrió el universo y encontró el conocimiento, la libertad y el poder que le permitieron ser igual a su Creador. Desde entonces el Cosmos se halla dividido según esta antigua historia mitológica entre los seguidores del Dios Patriarcal y los seguidores de la Mujer Rebelde. Está fue seguida después por muchos otros seres del universo. Su poder fue igual al de los dioses. Alcanzó el supremo conocimiento de la magia y los secretos del universo. Sobrevivió al espacio y al tiempo alcanzando la eternidad y la inmortalidad. En la antigua Súmer, origen de este mito, conocían a esta Mujer Rebelde como Lilith, la Dama Oscura.
Antiquísimas estatuas representándola han sido halladas por la Arqueología. Aparece como una mujer con alas, simbolizando estas su poder sobre el tiempo y el espacio, al igual que los dioses, pues a Ella también se la llamó la Señora de laMagia. [algunas culturas incluso la ven como la primer vampira de la historia o incluso como el primer súcubo] Los partidarios del Dios patriarcal la temían como al peor ser maléfico, la Adversaria del dios patriarcal.
Estos antiguos mitos representan tal vez la dualidad arquetípica que se quebró en la mente humana unos quince siglos antes de nuestra Era. Eligiendo los humanos un sólo arquetipo polar convirtieron al otro en su irreconciliable Contrario. Y el género humano sufrió las consecuencias. Nuestro reino interior se halla dividido y en muchos casos imposibilitado de la transmutación que la raza humana precisa para asumir su verdadero destino. Una Fuerza extraña creó esta Fractura para evitar la evolución espiritual del ser humano en la dirección que conducía a la mutación humana hacia el principio divino creador y suprahumano, hacia el Reino que hay más allá de esta realidad de espacio-tiempo que constituye el mundo ordinario y cotidiano.
A veces Lilith aparece como Señora de la Magia, con pies de ave y alas, posada sobre dos leones (o tal vez hienas, un depredador maldito) y escoltada por dos lechuzas. En sus manos símbolos de poder y conocimiento. El posible significado del antiguo relieve es tal vez representar a Lilith con poderes tanto sobre el mundo terrestre como celeste, tanto sobre el subconsciente como sobre el supraconsciente.
Lilith aprendió los secretos de los dioses creadores y venció a la muerte. Alcanzó la inmortalidad pero a cambio su fama ha sido la de ser la representación de la rebeldía y la desobediencia al Creador. Pero todo esto no es más que una metáfora. ¿Cual es el fondo real? ¿Que representa esto para la cultura religiosa humana? ¿Es un mito local o se puede aplicar al colectivo humano general?
Existen mitos de ángeles caídos, de rebeliones luciferinas, de guerras cósmicas entre fuerzas de luz y tinieblas, de dioses y sus contrarios. Las dualidades son universales aunque con matices propios cada una de ellas. En el caso de la Dama Oscura supone el destierro de lo femenino a la parte oscura de la creación. El Mal y la Mujer se solapan hasta parecer sólo uno, y así fue para el fanatismo patriarcalista y androcéntrico durante muchos siglos.
Temor a la mujer y a su poder creador de vida, temor a la mujer y a su profunda fuerza sexual dormida, temor a la mujer y a su sabiduría intuitiva cuando esta conecta con su alma y el alma de la tierra.
Por supuesto que todos los mitos y leyendas son creados por la mente humana, que intenta dar significado al universo. La búsqueda del significado secreto de las cosas es la gloria y la condena del ser humano, que se halla perdido en una Creación que aún no comprende.
Pero el mito de la Dama Oscura, que en Sumer llamaron Lilith, se remonta más atrás en el tiempo. Probablemente el pueblo judio tomó esta leyenda y la incorporó a su colección de libros sagrados que estaban creando durante su cautiverio en Babilonia, aunque muy bien podían ya haberla adoptado antes. Todos los libros bíblicos de la creación son incorporaciones y recreaciones de la mitología babilónica-sumeria.
En una época muy remota aquellos antiguos pueblos creían en una Diosa Primigenia creadora del Cosmos. La podemos llamar con uno de sus antiguos nombres, por ejemplo Matronit, o también como Shekinah según otras fuentes cabalísticas. Ella reinaba acompañada de un dios consorte menor: su hijo-hermano. Con el transcurso de los siglos a la divina pareja se le incorporó otra dualidad menor, una nueva pareja: un hijo y una hija divinos. Esta tetradivinidad se la llamó JHWH, que al añadirle posteriormente las vocales se trasformó en Jahwéh. Y es esta divinidad cuádruple la que habla y figura en la Biblia que ahora conocemos y que aparece con el nombre de Elohim, cuya traducción sería: nosotros los dioses creadores.
Después, tras las primeras invasiones de pueblos del norte (indoeuropeos), portadores de una religión patriarcal, la divinidad deriva hacia formas totalmente machistas, y los aspectos femeninos (Matronit y su hija divina Heve, en ocasiones una sola diosa llamada Hawah) son desterrados de la mitología. Paulatinamente el culto a la Diosa es desplazado y después perseguido (hasta la actualidad). Durante el reinado de Salomón todavía permanecía en muchos lugares del próximo oriente la vigencia de la Diosa en forma plena, conviviendo con los cada vez más absolutistas credos patriarcales. Fue tal vez Salomón el último o el único rey judío que adoró a la Diosa y así fue criticado por sus súbditos, pero él alcanzó la mayor gloria y sabiduría.
Salomón se rodeo de sacerdotisas de la Diosa (especialmente Sulamita, llamada prostituta en la biblia), escribió poemas a la parte femenina de la divinidad (el Cantar de los Cantares) que ya era proscrita por sus contemporáneos de Israel. Aprendió las artes mágicas y adquirió poder sobre el Reino Oscuro.
Pero retomemos el origen de la Dama Oscura. Cuando los mitos patriarcales se asientan y dominan el pensamiento religioso desaparece entonces la parte femenina de la divinidad. El dios creador queda solo en el trono del poder celestial junto a su jerarquía angélica e intenta sojuzgar también a la parte femenina de su creación humana. Es entonces cuando Lilith no acepta las nuevas humillantes condiciones. Ella, destinada a ser Madre de la futura humanidad, no se somete a una creación patriarcalista y ante la imposibilidad de la igualdad de los principios masculino-femenino adopta la decisión de no participar en ese proyecto génico y abandona a su pareja, Adán, y al nuevo Creador, que aunque mantiene el nombre original (Yahweh), es ahora el único Dios. E igualmente los textos conservarán el plural Elohim, ya sin sentido en los siglos posteriores.
Lilith abandona el paraíso y marcha al destierro. Recorre valientemente los confines de la Tierra en busca de la sabiduría prohibida (las leyendas patriarcalistas que se crean en torno a ella, pretendiendo que siempre sea temida y evitada por todos los mortales sometidos al nuevo orden divino, la describirán como espíritu rebelde y maldito que habita con las alimañas y el viento). La autodesterrada Lilith (inmortal como los ángeles y como primera hija divina que es, obsérvese cierto sospechoso paralelismo con Lucifer ) descubre y aprende todas las artes mágicas secretas (el conocimiento prohibido exclusivo de los dioses) e iguala de nuevo el poder del Dios único que la hizo proscrita. Pero falta añadir que Lilith se marchó del Paraíso porque ya no se encontraba allí, en el nuevo universo de la Luz androcéntrica creado por los patriarcalistas, la antigua diosa primigenia, Matronit.
Lilith recorre la tierra, el mundo del espacio-tiempo, y peregrina en busca de la Diosa perdida. Es por ese motivo que a la fiel Lilith, que camina en pos del reencuentro con su genuina Madre Creadora, abandonando los nuevos arquetipos patriarcales usurpadores y tiránicos, se la conoce también como la sierva de Matronit. Y cuando la reencuentra alcanza toda la sabiduría y todos los poderes de la divinidad. Y será desde entonces la rival del Dios Patriarcal, la Señora de la Magia y la Reina del Mundo Oscuro, el Otro Mundo (de nuevo obsérvese el paralelismo curioso con Lucifer, aunque el supuesto reinado de Lilith se extiende a otras área malditas, pues por algo también se la llama la Madre primera de todos los vampiros así como de todas las bestias vilipendiadas: serpientes, lobos, cuervos, hienas, escorpiones, arañas, … y un largo etc).
Pero ella solamente es la fiel sierva de la Diosa, de la Matronit_Shekinah perdida. En cambio para los patriarcalistas es la reina del infierno, de la hechicería, la madre de los vampiros y diablos, la rebelde antagonista. Y de ahí deriva la lucha milenaria por someter en la tierra a las sacerdotisas de la Diosa, al género femenino en general en todo lo referente a la religión y también a la política, y por supuesto al sexo, ya que la mujer será para siempre la generadora de pecado, lascivia, tentación, lujuria, e incluso todas las suciedades relacionadas con la gestación, como el extremo de ser considerada impura la sangre menstrual en muchas culturas, así como también será vilipendiado el placer en el cuerpo de la mujer. Una verdadera paranoia hipócrita patriarcalista que ha persistido durante milenios.
A partir de entonces, la época en que triunfaron los dioses patriarcales (primer milenio antes de EC), los sacerdotes sólo serían hombres y las mujeres consideradas inferiores no podrían optar a la comunicación con los dioses. Por ello sólo existen los pontífices masculinos, por ello la supremacía exclusiva de los clérigos hombres frente a la subordinación femenina, de ahí la persecución y exterminio de pitonisas y sibilas. Pero Lilith nunca se sometió y permanece victoriosa en el Otro Mundo.
Lilith como Señora de la Serpiente es otra de las denominaciones que se dio a la Antigua Religión de la Diosa.
Posee el poder de las alas celestiales y de la serpiente terrenal. Materia y espíritu, tierra y cielo, lo subterráneo y lo aéreo, el tiempo y el espacio. La muerte y la vida. El poder de los dioses.
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