jueves, 27 de enero de 2011

Me sudan las manos.

Me acabo de ver la película de Amelié. Hacia tiempo que la había visto pero no me acordaba ni pude apreciar en ese instante lo maravillosa y lo perfectamente cálida que puede llegar a ser. Realmente me invadió un sentimiento como si fuera una estampida que llevaba sintiendo durante días en pequeñas dosis suministradas como un cuidadoso antibiotico o una pastilla que bloquea los efectos de la esquizofrenia. Si te digo la verdad, sentí una profunda emoción en mi pecho y, a características literales, sentía como si el cayado de mi aorta se convirtió en un suave filtro en el que convertía mi sangre a una sustancia cálida similar al chocolate fundido y embriagaba todas las células de mi cuerpo. Increible lo que puede llegar hacer una película. Creo que núnca dejaré de sorprenderme y la verdad es que eso me empuja a una vida más ``cultosa´´ y profunda en cuestión de pensar y sentir al mismo tiempo. Pensar y sentir. Cosas que caracterizan al ser humano y lo clasifica, a diferencia del resto del reino animal, con el único con capacidad de racionalización sobre el mundo en el que vive. Pero si te fijas bien son dos palabras antagonistas la una de la otra, imposible de que vallan de la mano, chocan, se esquivan como la diferencia de polaridad de dos imanes. La bella creación de Dios es un ser bipolar, contradictorio en sus creencias y en sus visiones paradigmáticas sobre el medio en el que se interrelaciona. Es un ser herrante, que ha llevado generación tras generación un virus que ha mutado a peor mediante pasaban los años y niños de diferentes épocas y culturas. Ha dejado constancia a sus futuros nietos que es imposible llevar una paz interior del todo y con el medio, siempre en continua lucha contra la conciencia e inconciencia, entre el bien y el mal, el ying y el yang; luchas de clases, de idiologías, de sexos, de razas, de religiones, de culturas. Amores entre todos ellos, sentimientos irracionales entre personas provenientes de distintos puntos cardinales. La contradicción y la bipolaridad es el pan de cada día de todos los seres humanos de mierda. Igual si no fuéramos tan endogámicos en cuestión de razas del reino animal podríamos conseguir la paz interior si practicáramos la zoofilia o el clonar una raza superior... Pero bueno, no creo que nuestra conciencia pensante se permitiera el lujo de rebajarse a tal nivel!. Bleblebleblebleble...

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