lunes, 31 de enero de 2011

Susurro al corazón.

Pienso... en la cotidianidad de la vida. En la forma de ser felíz de las personas en una vida privada de los derechos más fundamentales de la libertad individual. En las diferentes costumbres y hasta dónde son normales las injusticias. Pienso en cómo sería mi vida en China o Japón, en Rusia o Venezuela. Hay tantos lugares que desearía saborear, sentir y observar. Fundirme en sus costumbres y en su cultura, enriquecerme de los cuentos folclóricos y de las fiestas tradicionales. Me encantaría admirar los ojos de todas esas personas. Me pregunto cómo crecería por dentro. Qué cambiaría de mi, en dónde decidiría quedarme cuando vea que mi vida toque a su fín. De quién me enamoraría y quienes serían esas personas de las que núnca me olvidaré. Qué se quedaría tatuado en mi córnea y desearía plasmarlo en mi piel. Qué revelaría mi pulso después de tantos años, cómo olerían mis pasos y mis dedos. De qué color serán mis pies, pregunto al vacío; Cómo se mostrará mi sonrisa después de tantos lloros. Estúpido veo el preguntar semejantes cosas cuando ni la vida misma lo responde a ciencia cierta. De ilusiones vivo y de historias agenas me nutro. Me gustaría saber cuándo será el día en el que comienze el nudo de mi vida y que núnca llege ese desenlaze.

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