miércoles, 21 de noviembre de 2012

Víctimas del Islam fanático.

SIETE HISTORIAS ENTRE CIENTOS
NAHIDA
ENCERRADA. Tenía 33 años y siete hijos cuando en 1991 decidió separarse de su marido en Kifri. Su padre, al enterarse, la encerró en un baño; allí permaneció recluida durante ocho años, hasta que la Organización Independiente de Mujeres la rescató.
En un centro de acogida contó que su único contacto con el exterior era un televisor que un hermano le colocaba en el patio algunos veranos.
NASRIN
TIROTEADA. Muchas mujeres kurdas, debido a la crisis de Irak, han tenido que buscar trabajo fuera de casa, lo que algunos hombres no aceptan.
Uno, llamado Gewe, del clan de los Harki, el 25 de marzo de 1996 salió al paso de un grupo que se dirigía a sus trabajos. Tras conminarles a que regresaran a sus casas, empezó a disparar contra ellas. Nasrin fue alcanzada mortalmente.
GANIA
ASESINADA. Ocurrió en Arbil (para los kurdos, Hawler, capital oficial del Kurdistán iraquí). Gania fue vista por un primo conversando con un vecino. Aquél fue a hablar con Baker, hermano de ella, y le convenció de que había que poner fin a la relación. Baker «cumplió con su obligación»: mató a su hermana el 23 de diciembre de 1993.
KAYAL
SIN NARIZ. 27 años. Fue sorprendida en casa con un desconocido por uno de sus cuñados, que la emprendió a golpes con los dos.
Kayal logró refugiarse en casa de un hermano en Rania. El marido la localizó y convenció de que no le pasaría nada si volvía.
Había consultado a un clérigo qué debían hacer, pues ella esperaba un hijo; el sacerdote les advirtió que no la podían matar embarazada.Kayal fue llevada a las afueras de la ciudad y allí le cortaron la nariz.
KAYAL
QUEMADA. En junio de 1998, en el pueblo de Bawanur, Kayal Nawzad fue acusada de tener relaciones con un joven llamado Farman Mahmud, que era de Darbandijan, muy cerca de la frontera con Irán.
Su primo, Osman Sabri Bag le dijo a Kayal que por su comportamiento merecía morir de 100 puñaladas. Primero le rompió las manos y le hizo varios cortes, para después quemarla; luego le disparó al pecho. La remató de un tiro en la cabeza.
SHAMSA
AHORCADA. En Gird, región de Taq Taq, se extendió el rumor de que Shamsa Hasna, viuda, mantenía relaciones con un joven. Ella recibió una brutal paliza de sus familiares.
Él, Sabah Mahmud, pudo huir. Aunque las autoridades sabían lo que podía ocurrir, en la noche del 29 al 30 de abril de 1998, sus familiares se llevaron a Shamsa fuera del pueblo, la ahorcaron y ocultaron su cuerpo.
BAHRA
SUICIDADA. Bahara Abdulkarim había recibido más de un golpe de su padre por la forma de vestir. Cuando le anunciaron en marzo de 1998 la boda con un primo, se negó y recibió otra paliza. Entonces, Bahra dijo que era la última vez que le tocaba; minutos después se prendió fuego. En el hospital, próxima su muerte y en presencia de su familia, les comentó que no se arrepentía: su sacrificio serviría para que sus hermanas tuvieran una vida mejor.

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